La llamada Ruta del Río une Can Planetes y el Pont Vell a través de un recorrido peatonal autoguiado que descubre antiguas huertas, vegetación de ribera y unas cuentas leyendas. Una de ellas cuenta que el Puente Vell o Puente Viejo fue construido por el diablo en una sola noche a cambio de la promesa del alcalde de entregarle el alma del primer ser vivo que pasara por el puente, que no fue otro que un gato que astutamente el edil dejó escapar del interior de un saco.
Más allá de la leyenda, la historia data la construcción de este puente de piedra de 88 metros de longitud en el siglo XVIII, aunque la cuarta arcada fue añadida el siglo XIX. Los habitantes de Santa Eulària des Riu lo cruzaron camino de los molinos y del pueblo hasta el año 1927, cuando el puente moderno se convirtió en la vía principal para salvar el cauce del río.
Hoy en día, el Pont Vell sigue siendo el lugar mágico donde encontrar a uno de los personajes más peculiares de la mitología ibicenca: el fameliar. Este duende pequeño, calvo y cabezón posee una inmensa energía y fortaleza de gran utilidad para el campesino que lo encuentre, si es que no lo arruina debido a su voraz apetito. Para hallar un fameliar hay que acudir al Pont Vell la noche del 23 de junio, la nit de Sant Joan, y buscar bajo sus arcadas una hierba que florece solo por unas horas justo antes del amanecer. Si se halla, se tiene que recoger y embotellar enseguida en una botella negra, de donde surgirá el duende siempre que se quite el tapón pidiendo feina o menjar, es decir, “trabajo o comida”.
Curiosidades
El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición envió a la cárcel en 1744 a un desafortunado hombre de Santa Eulària des Riu por afirmar que tenía en su poder un fameliar al igual que muchos otros campesinos de la zona.