Siglos de tradición te esperan para que bailes con ellos…
Oro. Blanco. Algo de negro. Y un toque de rojo. Los colores de nuestras fiestas. Y el sonido seco de unas castañuelas que alborotan el aire junto al tamboril, la flauta y el espasí. Y unos pasos delicados que se mueven en círculo, tímidamente… Mira. Escucha. Siente nuestro folclore, la expresión única del preciado legado que ha atesorado Ibiza tras el paso de los siglos. Únete a la fiesta.
Las tradiciones definen a los pueblos. Celebran la vida. Cuentan historias. Mantienen viva la herencia transmitida de unos a otros. Hablan de nosotros mismos. Y de los que antes que nosotros habitaron la tierra que pisamos. Fenicios, cartagineses, romanos, vándalos, árabes, catalanes… De todos ellos bebe nuestro folclore, que luce completo durante el llamado ball pagès o baile payés, la tradicional danza de cortejo que se ha celebrado en el campo ibicenco desde tiempos remotos. Durante el mismo, y siempre en común en las diferentes variantes, la mujer baila manteniendo la mirada fija al suelo mientras con pasos cortos y delicados describe círculos a su alrededor. En frente, el hombre da grandes saltos y toca unas castañuelas de gran tamaño tratando de llamar su atención y demostrando su fuerza y hombría.
Los bailes payeses, que se celebran en todas las fiestas patronales, permiten admirar los trajes que tradicionalmente las mujeres y hombres del campo lucían en los días festivos. En la vestimenta femenina destaca por encima de todo la llamada emprendada, un vistoso conjunto de collares elaborados en oro o en plata y coral que cubre su pecho y del que cuelga un relicario con la imagen de una virgen. En la masculina destaca el chaleco, del que cuelgan unos botones con filigrana en oro o plata. En estas citas festivas también se descubren los instrumentos tradicionales ibicencos, como el tambor, la flauta, fabricada con una rama de adelfa vaciada; el espasí, una pieza de metal con forma de espada; y las castañuelas o castanyoles, elaboradas en madera de enebro.