Que nuestras aguas sean tan transparentes y que los peces curioseen entre tus pies se debe a uno de los grandes patrimonios naturales endémicos del Mar Mediterráneo: las praderas de Posidonia oceánica. Esta planta submarina -que no alga- se extiende en los fondos arenosos de Ibiza y Formentera a lo largo de extensas praderas, las cuales no engloban colonias diferentes sino un mismo ser vivo que abarca nada menos que ocho kilómetros de longitud y más de 100.000 años de vida. Estos datos convierten a esta pradera en particular en el ser vivo más extenso y longevo del planeta, una maravilla de la naturaleza que encontrarás en torno a nuestra isla. Semejante tesoro natural ha sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO y su protección es vital para Ibiza y Formentera debido a su papel fundamental en la preservación de nuestros ecosistemas marinos y nuestras playas.
Una joya natural insustituible
Los beneficios que proporciona la Posidonia oceánica a nuestro territorio son numerosos:
– Contribuye a la oxigenación del agua.
– Ofrece refugio y alimento a numerosas especies marinas.
– Reduce significativamente la fuerza y erosión de las olas sobre la playa, evitando la pérdida de arena.
– Los restos muertos que llegan a la playa contribuyen a la formación y fijación de la arena, formando parte de la dinámica natural de los sistemas dunares.
Cuida la Posidonia oceánica
Proteger las praderas de Posidonia oceánica de Ibiza y Formentera debe de ser un objetivo primordial para todos, incluidos los visitantes que disfrutan de nuestras aguas. Tanto si eres residente como si te encuentras de vacaciones en Ibiza, si vas a explorar sus calas y playas en barco nunca fondees sobre Posidonia oceánica. Echar el ancla sobre las praderas no sólo es una infracción sancionada con elevadas multas sino un daño irreparable y gratuito a una joya natural que es patrimonio de todo el Mar Mediterráneo.